sábado, 11 de octubre de 2014

El águila y la flecha




Estando sentada un águila en la cumbre de un peñasco 
esperando por si avistara quizá alguna liebre,
La vio un cazador muy diestro, 
y lanzándole una flecha le atravesó el cuerpo.
Viendo entonces el águila 
la flecha construida con plumas, exclamó:
-- ¡Qué triste es terminar mis días a causa de mis plumas!

MORALEJA: 
Es más profundo el dolor 
cuando nos vencen con nuestras propias armas.

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