Tan amiga eran un águila y una zorra
que decidieron vivir juntas con la idea de reforzar su amistad.
Entonces el águila se ubicó en un árbol elevado poniendo allí sus huevos,
más la zorra dejó a sus hijos entre las zarzas sobre la tierra al pie del mismo árbol.
Un día que la zorra salió a buscar su comida,
el águila hambrienta y traicionera se llevó a los zorritos,
haciendo un festín para sus crías y regocijandose con el banquete.
Regresando la zorra le dolió la muerte de sus pequeños
Regresando la zorra le dolió la muerte de sus pequeños
y el no poder vengarse de su amiga traicionera,
¿Cómo podría ella, siendo un animal terrestre, sin poder volar, perseguir a uno que vuela?
En su consuelo débil e impotente: maldijo desde lejos a su ahora enemiga.
No pasó mucho tiempo y el águila recibiría el pago de su traición.
No pasó mucho tiempo y el águila recibiría el pago de su traición.
Ell aguila halló en el campo a unos pastores sacrificando una cabra;
tomó el águila unas vísceras que aún conservaba fuego,
sin percatarse colocándola en su nido.
Y el viento transmitió el fuego a las pajas,
ardiendo también sus aguiluchos,
que por pequeños aún volar no podían,
una vez se vieron en el suelo, corrió la zorra,
y en venganza devoró a los aguiluchos frente a los ojos de su enemiga.
MORALEJA:
MORALEJA:
Nunca traiciones la amistad sincera,
pues si así lo hicieras,
tarde o temprano del cielo vendrá el castigo.
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